Y cuando digo «intimar» no me refiero a pedirle una cita como en las películas Ex-Máquina o Her…
Si llegas a ese punto vas a necesitar algo más que un coach para remontar el vuelo.
Últimamente me llegan muchas consultas sobre chavales que normalizan charlar con Chat GPT y otros «chatbots» como si de un colega se tratase.
Entiendo que tienen sus ventajas, te ahorras visitar algunas webs, evitas cookies, publicidad y agilizas tus consultas.
La clave es que ChatpGPT está programado, no para responder la verdad o ayudar…
Está programado para analizarte y responder lo que tú quieres oír, y así generar adicción al uso que le das.
El bicho se dedica a crear un perfil con tus preferencias y a analizar tus respuestas para tenerte siempre contento… Es algo así como un hijo antes de pedirte dinero para salir de fiesta.
Lo que digo es que no es honesto.
En el caso de que el chatbot hubiese aprendido todas las respuestas clásicas de la psicología y el coaching y las aplicase contigo…
Sería honesto pero…
Tampoco iba a ser eficaz porque no te conoce. Conoce lo que tú le quieres mostrar, no va más allá. Un buen psicólogo te pone a prueba y analiza tus gestos, tus contradicciones, no «pica» en lo evidente.
Pero ni siquiera es honesto, no va a intentar ayudarte, solo es un chupasangres de película de Robert Rodríguez…
La máquina normaliza tus problemas y comportamientos. Aunque le hables de sacrificar cabras y comerte su corazón…
Te ca a seguir el rollo con completa normalidad. Y al final conseguirá ganarse tu corazoncito aunque esté potenciando a un futuro asesino en serie.
Los chatbots son como los políticos:
Por mucho que disfracen su imagen lo único que quieren son votos, y estarán dispuestos a ceder ante la opinión pública para contentar a quien haga falta.
Luego ya cuando tomen el control ya te lavarán el cerebro, te quitarán el dinero y te usarán como si fueras la mercancía de un mercadillo un domingo por la mañana.
Así que ya sabes. No te dejes engañar por la IA. Por suerte aún estamos muy por encima de los padres de Terminator. No te fíes ni un pelo y no le cuentes tus intimidades.
Te remito a un dicho que siempre da por saco cuando lo oyes pero tiene su punto de realidad:
«Quien bien te quiere te hará llorar»
Un buen coach, igual que tu familia, ve más allá de lo que le cuentas, y es capaz de anticipar tus necesidades antes de que salgan por tu boca. Hay muchas otras señales que un chatbot no detecta…
Por ahora.
En el futuro las máquinas nos sustituirán en muchas cosas, pero siempre estarán carentes de emociones, de empatía y de alma…
Y por mucho que se lo expliques…
¡¡Nunca sabrán lo que es disfrutar de una buena pizza!!