Analizamos la habilidad de Walt Disney para combinar su creatividad y su visión empresarial que le llevó a levantar el mayor imperio de entretenimiento del planeta. Un anticipado a su época que usaba métodos de programación neurolingüística antes de que el término fuese acuñado.
Lo que caracteriza a un genio creativo es la capacidad de dar forma a los procesos que transcurren en su imaginación. Convertirlos en realidad, traerlos al mundo físico y conseguir compartirlos con el resto de la humanidad es una capacidad que poseemos todas las personas pero muy pocos la aprovechamos.
La animación es el más claro ejemplo de cómo la imaginación cobra vida a través de la gran pantalla en películas, series de televisión, cortos… En esto Walt Disney era una persona que marcaba la diferencia no sólo en el campo de los contenidos si no también en el desarrollo tecnológico y en la metodología de trabajo.
PNL, anclajes y posiciones perceptivas para entendernos
PNL, Programación NeuroLinguística, es un conjunto de técnicas que hacen posible generar patrones de pensamiento asociados a diferentes estados anteriores. A través de la PNL puedes asociarte a estados de éxito, tranquilidad, motivación, seguridad…Y atarlos a gestos, frases o situaciones que disparen dichos estados. Apretar los puños para ganar confianza, tocarte la barbilla para pensar mejor... Vamos a llamarlos anclajes. Una de las técnicas más usadas en PNL para la resolución de problemas es la de las Posiciones Perceptivas, de las que hemos hablado en este caso real de superación de conflictos emocionales.
Walt Disney era un genio incluso en el área del pensamiento y uno de los elementos que distinguía su forma de pensar del resto de los mortales era su capacidad para explorar las cosas a través de tres diferentes perspectivas o Posiciones Perceptivas: El soñador, el realista y el aguafiestas.
Según sus propios colaboradores nunca sabían qué Walt iba a llegar al estudio; si el soñador plagado de ideas de todos los colores y lleno de ilusión, si el realista buscando resultados, plazos y opciones de realización o directamente el aguafiestas que nunca estaba contento, siempre veía la parte negativa y criticaba a muerte sus propias ideas y proyectos de sus otras tres personalidades.
Disney, el Soñador
«Cuando Walt se sumergía en sus pensamientos, arqueaba una ceja, entrecerraba sus ojos, dejaba caer su mandíbula y fijaba la vista hacia un punto en el espacio. Apoyaba los codos en la mesa y su mano izquierda en la cara. A menudo mantenía esa postura durante bastante tiempo… Nada podía romper el hechizo cuando entraba en ese estado.»
Esta descripción de uno de sus empleados se puede analizar a través de la PNL: contruyendo imágenes visuales internas, centrándose en la parte creativa, adoptando la «postura del teléfono» para potenciar el diálogo interior y transmutar lo que capta a través del oído.
Acompañando a la postura descrita se sumaba el apoyo de la música, tratando de visualizar imágenes que dieran forma a lo que escuchaba y sentía; este proceso se conoce como sinestesia. En palabras del propio Disney:
«Tomamos la música y visualizamos las historias e imágenes que la música sugiere a nuestra imaginación. Es como ver un concierto.»
Para reforzar aún más esta postura de Soñador recurría a espacios concretos donde había desarrollado hermosas ideas; su taller de dibujo, la sala de música… De esta manera tenía 3 refuerzos o anclajes para alcanzar el estado creativo: postura, música y lugar.
El objetivo de esta práctica según sus propias palabras era el de dar movimiento a las sensaciones que acudían a él. Extracto de una charla a sus animadores:
«Cuando me concentro lo hago enfocado en la acción, no simplemente en que el dibujo de un personaje se parezca a algo concreto sino dándole al personaje los movimientos y las acciones propias de lo que siento que debe representar. Cada acción debería estar inspirada en lo que quiero que el personaje represente.»
El soñador era un visionario con una percepción idealizada del futuro, centrado en sí mismo como referente a su trabajo y con un radio de acción amplio a largo plazo, sin límites, dando rienda suelta a su imaginación, sin ataduras. Como un niño.
Disney, el Realista
Podríamos decir que el realista es el aspecto más técnico de Walt Disney. El realista se encarga de los desarrollos que el soñador crea, les da forma y color, les da un soporte y los acerca a la realidad. Si el soñador encontraba el «qué» el realista buscará el «cómo».
Para encontrarse con el Realista, Walt Disney tenía una sala de estudio donde se citaba con sus profesores de composición, anatomía, vida y locomoción (el estudio de la acción y reacción). Volver tangibles sus creaciones y dotarlas de vida, de realismo y de credibilidad era una obsesión para él. Dedicaba horas al estudio y al desarrollo técnico así como al aprendizaje de nuevas tecnologías.
Sus anclajes eran el lugar de estudio, la posición corporal del estudiante y la capacidad de ponerse en la piel de sus personajes.
Para poder aunar sus sensaciones creativas de forma ágil y dinámica Walt Disney desarrolló un sistema de trabajo que perdura a día de hoy en todas las ramas del entretenimiento visual: El Story Board.
El proceso del Story Boarding se convirtió para Walt en una manera rápida y eficaz de planificar cómo encajarían los personajes, las historias y todas las piezas en sus animaciones y films, pudiendo comprobar cómo interactúan entre ellas, las consecuencias de sus acciones y dónde entrarían los eventos críticos así como una manera sencilla de organizar dichos eventos de modo que causen más impacto en la historia.
Pero la característica definitoria de Disney y en la que usa la PNL es su capacidad para experimentar las historias a través de los personajes. Literalmente se metía en las escenas visualizando en primera persona de forma asociada lo que experimentaban los protagonistas de cada escena, luego se metía en la piel de los secundarios y hasta de los observadores para poder ver cómo se desarrollaba la escena desde diferentes perspectivas, se mimetizaba con sus personajes imitando sus gestos y voces de modo que incluso inspiraba a los animadores del estudio a copiarlos y plasmarlos en su trabajo:
«Walt siempre le ponía la voz a Mickey. Sentía de manera tan intensa el guion y las situaciones que no podía evitar actuar imitando sus gestos en pantalla e incluso el lenguaje corporal a medida que iba soltando los diálogos.»
Esta forma de experimentar los personajes daba pie a nuevas situaciones que hacían evolucionar los proyectos a medida que se iban desarrollando. El realista transformaba el proceso creativo a medida que lo iba experimentando. Opera en un concepto temporal a corto plazo en comparación con la visión global del Soñador, es un hombre de acción.
Es la combinación de estas dos facetas; el soñador y el realista lo que provoca que su obra se haya elevado a la categoría de arte y haya tenido el impacto que ha tenido en la historia.
Disney, el aguafiestas (o el crítico)
Sus socios llamaban a esta personalidad de Walt Disney el aguafiestas o el crítico (spoiler, critic).
Walt solía meterse en la piel del crítico antes de los visionados del nuevo material con los animadores. La intensidad de los juicios por parte de la versión aguafiestas de Disney era tan dura que los colaboradores del estudio llamaban a la sala donde exponían el trabajo «the sweatbox» (literalmente la caja del sudor o una sauna en el sentido peyorativo).
Al contrario que el soñador o el realista, el crítico no anima ni felicita, sólo busca las cosas que podrían mejorarse, cuestiona los motivos de las escenas y evalúa los escenarios en los que podrán suceder las peores sensaciones de cara al público.
Los anclajes de PNL que usaba para entrar en el rol del aguafiestas eran una posición corporal erguida, pero bajando la mirada y la cabeza desde una posición elevada. Un tono severo y crítico, una predisposición a cuestionar todo y a todos y el propio lugar donde se concentraba en las críticas; la sweatbox.
La clave del proceso crítico para Walt Disney era permanecer distante de la creación. Poder dar un segundo vistazo a todo desde una perspectiva alejada, sin cariño hacia su obra, sus «yo» soñador y realista o sus empleados y colaboradores.
Haciendo un uso intuitivo de la PNL Walt se situaba más lejos que nadie de la pantalla, se separaba del grupo creativo y se mantenía en una posición elevada con respecto a los demás, tratando de interiorizar de forma física esa búsqueda de la tercera persona que le diera una visión global de la situación. Una manera de comprobar si las personalidades de sus personajes iban a ser interesantes para la audiencia y también de ver cómo las interacciones de la película o la animación causaban diferentes estados o sensaciones en personas ajenas a la obra.
En esta fase, además de ser crítico desde su perspectiva de aguafiestas trataba de ponerse en la piel de diferentes tipos de espectadores y sentir lo que sentirían ellos viendo las historias por primera vez.
Conclusión y claves para usar el método de Walt Disney
Como hemos podido apreciar en el análisis de cada pauta de personalidad, el proceso creativo de Walt tenía lugar principalmente en la imaginación visual pero apoyándose totalmente en posturas físicas y en la síntesis de los sentidos.
Para adoptar la postura del soñador debes librarte de tus barreras mentales, concentrarte en el resultado final, en la gran idea, en el sueño en su forma definitiva. La actitud ideal del soñador es pensar que todo es posible. Busca un lugar plagado de arte, caótico, cargado de color, que fomente tu creatividad; que te inspire. Usa la postura del teléfono, ponte música que refleje tu estado de ánimo, centra tu vista en un punto fijo del horizonte y busca en tu interior esa chispa creativa; deja salir las ideas en su estado más puro, incluso las más ridículas, no hagas juicios en esta fase. Anota todo lo que vaya viniendo sin filtro, con cariño.
Haciendo esto siempre de la misma manera y en el mismo lugar fomentarás tu genio creativo como nunca hubieras podido imaginar.
Para aproximarte a la postura del realista debes cambiar tu mentalidad y pensar que el sueño desarrollado durante la fase anterior se puede hacer realidad. Usa una sala técnica o un espacio de trabajo específico, frente al ordenador o una mesa de diseño. Concentra tu energía en dar salida al proyecto mediante un Storyboard o similar; esquemas de desarrollo, agendas de planificación… Trata de plasmar un posible camino que te lleve al objetivo del sueño y divídelo en pedazos pequeños. Usa ropa técnica, adopta posturas de pensador y mantente en constante movimiento. Consulta tus ideas, dales salida, centra tus esfuerzos en el «cómo» y en las técnicas que usarás para darle forma cada vez más definida.
En la postura del realista debes ser cortoplacista, buscar los medios para empezar el camino y lanzarte a ello cuanto antes. A través de la asociación de ideas a medida que vayas caminando irás encontrando nuevas soluciones. Ponte en la piel de cada miembro del equipo de desarrollo y descubre cada una de las perspectivas del proyecto. La clave es estar en tu entorno de trabajo y moverte; generar acción.
La evaluación crítica será el proceso desde el que mantendremos mayor distancia con el proyecto que estamos desarrollando. Si nos atenemos a la idea original de Walt deberíamos buscar un lugar incómodo, caluroso y con varios niveles de altura, un lugar sin distracciones ni grandes alardes tecnológicos aparte de la pantalla donde se desarrolla la presentación. Una sala de juntas sería el sitio ideal. También usar ropa formal y una postura corporal fría con la cabeza ladeada, mirando hacia abajo y con la espalda arqueada, o cualquier postura crítica que identifiques con esta forma de actuar. Las preguntas que hace el crítico son las siguientes:
¿Qué falta o es necesario para que este plan funcione?
¿Qué beneficios hay en la forma de actuar actual?
¿Cómo podríamos hacerlo más eficaz?
¿Hacia quién está orientado este proyecto?
¿Qué razones llevarían al espectador o cliente a disfrutar de este proyecto?
¿En qué entorno no funcionaría?
¿Y si no gusta en ciertas áreas? ¿Cómo podemos adaptarlo?
¿Y si la idea no queda bien plasmada?
¿Qué otras maneras habría de desarrollar esto?
La clave del crítico será encontrar qué parte del plan podría ir mal y qué aspectos deberían ser evitados. Debe considerar el corto y el largo plazo del desarrollo y la idea y cuestionar la viabilidad de cada una de las partes críticas del proyecto. Un auténtico aguafiestas.
Si realizas bien el ejercicio encontrarás que tus tres posturas chocarán entre sí. Se tratará de llegar a un punto en que las tres posturas coincidan, sean congruentes y el proyecto tenga una imagen mental definida de todas sus fases.
Este sería el orden y la metodología a seguir para alcanzar el éxito:
- Elige el tema sobre el que quieras desarrollar y parte desde la postura del soñador. Visualízate a ti mismo triunfando en dicho tema como si fueras el personaje de una película. Piensa sobre ello de forma deshinibida y libre.
- Sumérgete ahora en la postura realista, asóciate con el sueño desarrollado en el punto anterior y siente que pasas a meterte en la piel de cada uno de los personajes del desarrollo. Después de haber experimentado la sensación de cada uno de ellos imagina el proceso creativo como un StoryBoard.
- Finalmente encarna al crítico, haz que surjan las dudas, desmonta el proyecto, apunta las nuevas inquietudes y llévalas de vuelta al soñador. Realiza varios viajes entre el crítico y el soñador hasta que se pongan de acuerdo.
- Cuando tengas definido el plan entre el soñador y el crítico vuelve al realista a darle forma y verás que surgen novedades y aspectos técnicos que no habías tenido en cuenta. Termina tu nuevo desarrollo y entrega el material de nuevo al crítico, espera sus ajustes y de nuevo encárnate en el soñador hasta encontrar un nuevo punto de concordancia.
- Repite estos pasos las veces que hagan falta hasta que todas las partes se pongan de acuerdo y el proyecto tenga un aspecto totalmente definido.
Durante el desarrollo de un proceso si es largo o se compone de varios períodos trata de dividir en segmentos dicho desarrollo y de visitar en diferentes jornadas las fases del proceso desde la óptica de cada una de las posturas perceptivas de forma aleatoria. Mírate en el espejo y distingue la perspectiva desde la que vas a verlo en ti mismo de forma física. Usa todos los anclajes que hemos visto: postura, ubicación, mentalidad, gestos… La idea final es que en cada una de las perspectivas estés totalmente satisfecho con lo que ves.
Walt Disney era un genio. Sus empleados y socios sabían con una simple ojeada si estaban ante el Disney soñador, el realista o el aguafiestas y qué podían esperar de él.
Cuando acudían a la sala creativa, a la sauna o al pabellón técnico también sabían lo que les esperaba y todo el equipo tenía bien asociadas sus sensaciones a los diferentes estados que Walt había creado para sí mismo.
Lo que hacía Walt Disney era PNL, programación neurolingüística y lo hacía 20 o 30 años antes de que el término fuera acuñado sin ni siquiera saberlo.
Revolucionó la industria del entretenimiento con sus ideas y sus métodos, los aplicó en películas de animación, parques de atracciones, espectáculos en vivo… Él llamó a este proceso de combinar ingeniería e imaginación «Imagineering», a mí me gusta traducirlo libremente como «Imageniería». Su visión nos deja una técnica que a posteriori ha sido muy usada en el coaching, en el desarrollo de proyectos y en cualquier tipo de negocio. Cuando tengas un desarrollo complejo ante ti recuerda solo dos cosas: divide y vencerás y trata de convencer a tu soñador, tu realista y tu crítico. Cuando todos estéis contentos sabrás que vas por el buen camino.
Bibliografía:
- Strategies of Genius, Volume I. Dilts,R. B. Meta Publications
- Walt Disney Imagineering: a behind the Dreams Look at Making the Magic. Kevin Rafferty, Bruce Gordon. Hyperion
- Use su cabeza para variar. J. Grinder, R.Bandler. Cuatro Vientos