Nervios antes de un examen, inseguridad ante una presentación, miedo a fallar en un evento deportivo, presión por alcanzar un objetivo ante la mirada de sus superiores, pánico escénico… Aquí te voy a enseñar una técnica para que tu cliente, paciente o coachee supere esos límites, cambie su discurso y a motivarle para que encuentre su mejor versión en el momento de la verdad.
Cuando enfrentamos un evento que tiene mucha importancia para nosotros a menudo nuestra mente nos juega malas pasadas; nos pone en las peores situaciones:
«¿Y si mi rival es mucho mejor que yo?¿Y si mi jefe tiene un mal día y se dedica a buscarme las cosquillas?¿Y si el público es muy crítico y se aburre?¿Qué pasaría si no sé responder a alguna pregunta?»
El cerebro primitivo o límbico haciendo de las suyas
Puede parecer un boicot pero no es más que nuestro cerebro primitivo (sí, tenemos una parte del cerebro más básica que el de un mandril) tratando de defenderse, simulando las peores opciones como si fueran parte de una pesadilla por si nos tocase vivirlas en ese futuro evento. Vamos a llamar a ese escenario tan pesimista «Imagen Interna» ya que no es una realidad si no una proyección de nuestra imaginación.
Esa imagen interna que se genera en nuestra mente, y que no tiene que ver con la realidad, nos lleva a crear en el cerebro (neo córtex, la parte teóricamente más avanzada) un relato, o creencias: «No soy rival para él, mi público no está interesado en mi discurso, mis clientes no quieren mi producto, no estoy cualificado para dar este curso...»
Esas creencias, lo que en coaching llamamos auto-relato, generan un comportamiento. Este caso de dudas y estrés auto generados nos causará nerviosismo, habla trabada o tartamudez, y en algunos casos mirada perdida, cansancio… Comportamiento que se aleja del deseado para ese momento de la verdad tan decisivo.
Dicho comportamiento (que se puede dar en el momento del evento o, más comúnmente, en la imaginación en los momentos previos) acaba desembocando en un Papel, que en este caso podría ser de victimismo o de suplantación: «¿Qué he hecho yo para merecer esto? No soy la persona adecuada para esta situación».
Recapitulando hasta el momento tenemos 4 factores neurológicos que afectan a nuestra estado general:
Imagen interna + auto-relato + comportamiento + papel + propósito= ESTADO
Vamos a añadir uno más al que vamos a llamar Propósito, que a estas alturas de la situación se habrá extraviado o estará totalmente desvirtuado: «¿Para qué me esfuerzo?¿Qué demonios hago aquí?¿Quién me mandaría meterme en este berenjenal?»
Cuando nuestro paciente nos cuenta su situación hará una descripción de su estado: «Me sudan las manos, me tiemblan las rodillas, visualizo a un público hostil, siento que no estoy preparado, lo veo todo muy negro…» Será interesante entender su lenguaje para comunicarnos a su mismo nivel, pero la clave aquí va a ser intentar cambiar uno de los factores del ESTADO de tal manera que todos los demás sean alterados.
- Podemos alterar la imagen interna: Ayudar al paciente a entrar en un estado de relajación y tratar de visualizar o de oír a un público entregado, un jefe amable, un rival que concede espacio… Eso ayudará a que se suavice la situación, aunque la imagen interna suele estar arraigada y será difícil de sustituir.
- Podemos intentar alterar el auto-relato, que es lo que intentaría la mayoría de la gente: «Ánimo, no será para tanto. Ya verás como todo te sale bien. Estás sobradamente motivado. A tu público le va a encantar...»
- Podemos tratar de cambiar el papel que se ha creado: «¿Quién mejor que tú? Eres un máquina. Estás súper preparado. Da gusto verte competir y entrenar, eres de lo mejor...»
- Pero en cualquiera de estos dos casos el neo córtex encontrará razonamientos o excusas de sobra para seguir en estado defensivo: «No les va a gustar, se van a aburrir, no me siento preparado. Si tú estuvieras en mi piel sabrías de lo que hablo. No es tan sencillo. Mi rival me va a poner las alcalinas…»
Pon a prueba a tu paciente atacando a su propósito en forma negativa
Veamos qué sucedería en cambio si atacamos al propósito de una forma negativa (vamos a chinchar un poco a su ego), pongamos a prueba a nuestro paciente para que nos lleve la contraria como en estas dos anteriores propuestas pero esta vez haremos que busque él mismo sus soluciones:
Coach atacando al propósito: «¿A qué vas? ¿Por qué te has metido en este lío? ¿Para qué entrenas? ¿Por qué has elegido esta profesión?»
Voy a ir incluso un poco más allá y a tocar la fibra y el orgullo del paciente: «Si tantos problemas te causa y tanto estrés te provoca… ¿Para qué te tomas la molestia? ¿Por qué no abandonas? ¿Acaso alguien te obliga a hacer esto?»
Estas preguntas descolocarán completamente al paciente o coachee (o a tu amigo si necesitas animarle) y le harán buscar imperiosamente soluciones dentro de su propia mente, como por ejemplo: «hago esto porque creo en el producto que estoy vendiendo», «entreno mucho y compito porque disfruto haciéndolo», «voy a impartir este curso para ayudar a la gente».
A partir de estas afirmaciones de propósito se dará cuenta de que tiene sus propias respuestas y empezará a cambiar su papel. Le ayudaremos a sacarlas todas a la luz con más preguntas puñeteras relacionadas con sus propias conclusiones: «¿Vas a dejar de ayudar a la gente?¿Vas a dejar de competir y disfrutar?¿Vas a privar a las personas de un producto que les puede mejorar la vida? ¿Cómo lo puedes solucionar?»
Una vez que ha visualizado el propósito y su ESTADO ha empezado a cambiar empezará a buscar los caminos que le lleven a realizarlo: «Voy a ir a disfrutar, gane o pierda» «Creo en mi producto y nadie pondrá más pasión que yo para explicarlo…»
A medida que se vaya reafirmando le iremos acompañando a alterar los demás factores de su ESTADO: «¿Acaso tu entrenador no cree en ti y en tu entrenamiento?¿Acaso no has brillado en otras conferencias? No me dirás que no tienes el don de la palabra». En este momento ya habremos tirado abajo su auto-relato. Él mismo empezará a generar una nueva imagen interna de la situación.

Tras este proceso generará una nueva imagen de la situación (imagen ideal)
Aprovecharemos este momento en el que encuentra su mejor versión para hacer algún ejercicio de visualización que conozcamos y algún tipo de anclaje si procede para reforzar el estado y que lo pueda llevar a cuando lo necesite. La idea es que a estas alturas su comportamiento se haya transformado en el de tranquilidad, seguridad en sí mismo y, como decimos en el coaching, state of flow, desechando el ESTADO anterior para generar uno nuevo que le permita afrontar el evento de la mejor manera posible.
En este caso la clave ha sido cambiar el estado a través de uno de sus factores; el de propósito. Recuerda :
Imagen interna + auto-relato + comportamiento + papel + propósito= ESTADO
Poner en duda el propósito de nuestro alumno nos ha dado la clave para poder ir alterando los otros cuatro factores del ESTADO, una manera sencilla y eficaz de cambiar la perspectiva de las cosas.
Todo está en nuestro interior, nuestra mente crea situaciones tan reales o más que las que se generan en el exterior, y nuestra labor es aumentar la calidad de los pensamientos para sacar de ellos lo mejor para nuestros pacientes; para que sean capaces de encontrar las soluciones que existen ya en ellos mismos. Como decía Carl Jung: «El éxito y las respuestas a todas nuestras preguntas están y siempre han estado en el interior.»
Si te ha resultado útil este método compártelo, úsalo, ponlo a prueba. Ya sabes que para cualquier consulta puedes intentar contactar conmigo en cualquier momento a través del teléfono o del formulario de contacto (luego yo responderé cuando me dé la gana). Pon a prueba tus límites, piensa de forma diferente, cambia tus hábitos. Sé feliz. Un saludo y que tengas un gran día.