La sabiduría de Marco Aurelio, la clarividencia de Einstein, la perspicacia de Carl Jung, la creatividad de Mozart… Llevar un diario ayudó a estos genios a cultivar y potenciar todas sus capacidades. Analizamos de forma científica cómo puede ayudarte a ti.
Escribir un diario es algo que muchos hemos hecho en algunos momentos de nuestra vida. A los que nos gusta escribir nos resulta estimulante, otros simplemente quieren atesorar un recuerdo de alguna época de su vida y a veces simplemente se escribe como cuaderno de bitácora de alguna de nuestras aventuras o viajes. Hoy vamos a descubrir que, bien utilizado, se puede convertir en una herramienta de éxito y en un catalizador de nuestras facultades. Úsalo por las mañanas, poco después de despertarte para sacar de él la máxima eficacia.
Libera tus emociones de baja energía
Cuando escribes sin pensar, sin la necesidad de agradar y de llevar un orden no necesitas reprimir nada y es una excelente manera de procesar aquellas emociones no deseadas que han venido o vendrán a lo largo de la jornada. Dar salida a tus temores, ponerles nombre y experimentarlos a través de la escritura es una forma excelente de superarlos y aprender sobre ellos. Lo mismo ocurre con las inseguridades, ira, frustración... Empápate de tus emociones de baja energía y llénalas de tinta.
Mejora tu planificación diaria
Aunque no sea exactamente un organizador de agenda te da la posibilidad de anotar tus futuros eventos, y de que tu cerebro empiece a visualizarlos y a proyectar sobre ellos los mejores posibles resultados a fin de que se hagan realidad. Con esta práctica mejorarás tu ejecución sobre las tareas que te esperan o sobre los eventos destacables sobre los que deseas escribir en tu diario. Aprovecha para activar la gratitud y visualizarlos de forma positiva.
Activar estados positivos
Como te acabo de decir, si aprovechas para mostrar y plasmar gratitud en los eventos vividos o planificados conseguirás mejorar la perspectiva sobre ellos y hacer que cuando se manifiesten se cumplan en su mejor versión. Fomentarás el optimismo y atraerás mejores vibraciones en tus quehaceres diarios (valga la redundancia).
Mejora tu capacidad de concentración
Empezar el día escribiendo es una manera de hacer que el cerebro se concentre en una tarea que exige un esfuerzo de caligrafía, razonamiento, creatividad y memoria. De esta manera tu neocórtex se expande, como un músculo cuando calienta. De este modo se pone a tope para el resto de tareas mentales con las que tenga que lidiar a lo largo del día. Lo verás todo con mucha más claridad a partir de este momento. Es mucho más eficaz que un café.
Graba a fuego tus aprendizajes
Aunque no sea una libreta de apuntes detallada, el mero hecho de escribir simplemente mencionando lo aprendido, hace que tus esquemas sobre lo estudiado se graben y organicen mejor en tu cerebro y de que sientas que obtienes mucha más claridad en la materia sobre las que estás trabajando. El hecho de anotar tus evoluciones hace que se organicen mejor en el sistema central de tu memoria.
Un registro sobre tus victorias
Repasar en tu diario los éxitos que has obtenido el día anterior realza la sensación de victoria. Revivir esa emoción de superación personal te predispone a enfrentarte con más valor a las pruebas de tu jornada y te hace verte a ti mismo como un triunfador. Esta sensación se va grabando cada día haciendo que esa imagen se convierta en tu realidad. ¿Imaginas cuántas victorias puedes saborear? ¿Y cuántas veces?
Eleva la creatividad
Si realizamos la escritura diaria en las primeras horas de la mañana aún estaremos en contacto con la parte del cerebro que sueña (el hipotálamo) y si practicamos el arte de dejarnos llevar por la escritura daremos rienda suelta a que nuestra parte más creativa haga la labor por nosotros sin pensar. De hecho cuanto menos pensemos de manera mecánica más creativos seremos y más conectados estaremos con nuestros sueños. No necesitas beber absenta para invocar a tu musa.
Revivir momentos felices
No todo va a ser buscar la productividad. Escribir un diario es algo placentero en lo que volcamos nuestros mejores momentos, las experiencias más agradables y todo aquello que nos gustaría conservar en el futuro.
Revisar nuestros diarios y recordar las sensaciones plasmadas de otras épocas nos hace felices y nos lleva a estados de trance y emoción de una manera más vívida que simplemente recordando sin ningún apoyo gráfico. Activa más zonas cerebrales que las fotografías.
Fomenta el entorno de trabajo
El hábito de escribir un diario ofrece un refugio en medio de la confusión del día a día. Nos permite centrarnos e interiorizar la quietud y la concentración de un buen hábito de estudio o trabajo que luego podemos llevar a otras áreas, momentos o lugares de nuestra vida. Definitivamente nos vuelve más productivos.
El factor sorpresa
El hecho de escribir a diario sin ataduras hace posible que aparezcan ideas únicas e inesperadas que puedan resultar en un factor diferencial. La idea que puede cambiar el mundo, la diferencia competitiva o la solución a tu problema personal pueden aparecer de la nada escribiendo tu diario cada mañana. Las probabilidades de que esto ocurra escribiendo durante largos períodos de tiempo son altísimas.
Un legado
Podría pasar que el día de mañana, tras tu muerte y haber disfrutado de un gran éxito en vida, alguien descubra tu diario y pueda extraer del mismo un buen puñado de lecciones de vida y sabiduría. Pasó eso mismo con Marco Aurelio. Su libro «Meditaciones» no fue un libro como tal si no una serie de enseñanzas extraídas de su diario escrito a mano. Hoy en día se considera una joya de la filosofía estoica y es consultado por millones de personas que han considerado a Marco Aurelio el mejor emperador de Roma y uno de los mayores genios del pensamiento moderno ¿Por qué no?
Los diarios de Tesla, Jung, Edison, Mozart, Disney… Son considerados joyas de valor incalculable. A través de ellos hemos tenido la oportunidad de conocer mejor a sus autores, pero no sólo eso, si no que sus autores han conseguido sus cotas de grandeza y sus grandes habilidades a través de sus diarios. Entender y sentir la energía que fluye a través de esos desordenados textos y aprender lo que nuestros diarios pueden hacer por nosotros es otra de las maneras de tratar de alcanzar esa estela de genialidad que han dejado todos estos grandes genios plasmada en su obra.
Démonos una oportunidad de ser como ellos. Abramos una libreta, cojamos un bolígrafo y empecemos hoy mismo la aventura de escribir. ¿Quién sabe a dónde nos puede llevar?
Bibliografia:
Diary Writing: An Interpretative Research Method of Teaching and Learning (Joaquim Sá)
The benefits of psychological displacement in diary writing when using different pronouns
British Journal of Health Psychology (Yi-Tai Seih)
Rubin, J. (2003). Diary writing as a process: simple, useful, powerful.
El diario como forma de escritura y pensamiento en el mundo contemporáneo (Luisa Paz Rodríguez Suárez y David Pérez Chico)